Riglos - Normal del Puro + Seron Millan

Escalar en Riglos en pleno mes de Julio no es lo más normal, pero es donde terminamos nuestro viaje vacaci
onal, huyendo de frío y agua y buscando el sol. Atrás quedaron nuestros planes pirenaicos con, eso si, visitas a varias escuelas de escalada deportiva, un intento fustrado a Peña Montañesa y buena cara y mejor ambiente a pesar de no poder cumplir con lo planeado con tanta ilusión durante tanto tiempo antes. Pero es lo que tiene depender de la meteorología, que tu planeas y luego el tiempo hace lo que le da la gana y a callar...
A pesar del sol, que si que encontramos, el viento era muy fuerte y eso sumado a las pocas ganas de la tropa de meterse en tareas que supusieran ese plus que exige la escalada aquí, nos hizo decidirnos por una clásica nueva para todos, aparentemente sencilla y un buen cobijo del vendaval reinante.

Reseña de Luichy para no variar...

Es una combinación bonita, donde a pesar de la relativa sencillez de todos sus largos terminas con la sensación de haber escalado muchos metros, en fisura vertical los primeros, trazando largas diagonales más tumbadetas por el collado y en interminable diedro chimenea hasta el final. El equipamiento el esperado en este tipo de vías, seguros alejados como tónica general con predominio de parabolts en el Puro y pes (sicadas) y puentes de roca en la Seron Millan. Se puede reforzar algún paso más alegre con friends medianos sobre todo en los largos del Puro, al gusto.

Larga fisura la tirada hasta el collado, con el sobao típico de las clásicas rigleras, atlético y disfrutón, aunque conviene ir sueltito en el grado para no mirar mucho para abajo principalmente.

Un raro y amorfo paso en gran apretón, de esos 6a que rulan por Riglos todavía, protege la entrada a la chimenea del collado que en dos tiradas más cruza hasta casi la base de la Seron.

Un poco de espeleo...

Salida en travesía de la R a buscar la original de la vía y sin montar seguir por un largazo de V+ con su pancita de rigor y muy largo, ya en la fisura de la Seron Millan, que en cinco largos nos deposita en la cumbre del Pisón. Buena roca salvo la salida final, más rota y expuesta.

Sin ser una de esas que se queda en la retina para siempre es de las que se puede y se debe hacer, por lo menos para ir tachando de la lista de rigleras que cada uno tenemos y creemos que podemos llegar a hacer algún día. La próxima al pájaro señores, ya sin excusas...

Imanol / Jose Luis / Oscar.